lunes, 4 de febrero de 2013

Desensibilización...

Hoy he empezado mi última rotación externa. Para este mes, escogí, hacer comunitaria en Oviedo, en el Observatorio de salud de Asturias. 

Personalmente sólo había estado en una sola ocasión en Oviedo. 

Adoro la sensación que se tiene cuando llegas a una ciudad por primera vez. Los sentidos están a flor de piel, cualquier información es buena. No discriminamos las sensaciones que nos llegan, la selección de las sensaciones depende de la repetición. A medida que nos encontramos una y otra vez con la misma sensación, esta va familiarizándose con nosotros. Al final vamos siendo menos sensibles con todo lo que nos rodea. 

Así de la misma manera que uno va perdiendo sensibilidad, adquiere seguridad en aquello que hace.

Pero las primeras impresiones, todo el embrollo de cosas que nos pasan por la cabeza, los olores, la vida.... eso no tiene nombre. Esa es una parte que perdemos en nuestro día a día en la consulta. Que perdemos sensibilidad con las situaciones. 

Hace falta humildad para reconocer las limitaciones que uno tiene. Es bueno el hecho de conocer perfectamente a un paciente, pero es complejo reconocer que a veces esa idea preconcebida que se tiene, dificulta la visión real. 

Siempre escuchamos desde fuera todo aquello que nos dicen, empatizamos, comprendemos y si podemos ayudamos. Lo difícil , por lo menos para mi, es escuchar para dentro, aquello que nos remueve cada una de las parcelas que aquella persona decide compartir con nosotros. 

A medida que nos familiarizamos con determinadas sensaciones, infraestimamos las mismas. Así que con pacientes que nos recuerdan a nuestra añorada bisabuela, somos dulces y los escuchamos con devoción, sin ser conscientes de ello, porqué así es nuestra relación con ese paciente. De la misma manera, los pacientes que nos recuerdan situaciones menos agradables de nuestra vida,  somos más neutros, incluso alguno consigue que nos pongamos a la defensiva, dejando una sensación de disconfort en la consulta realizada. Pero si recordamos la primera de las visitas con cada uno de ellos, recordaremos el recuerdo que nos han evocado en algún instante... 

Escucharse a uno mismo, conlleva detectar algunos conflictos y poder resolverlos, y conlleva poder ser más equitativo como persona y como médico. 

Porqué yo nací persona, con los años me convertí en médico. 

 Esta foto la hice ayer, mientras venía en tren desde Madrid. Es la cordillera cantábrica. El trayecto en tren me recordó tanto a ese 30 de octubre del 2011. 

2 comentarios:

  1. Espero que tu estancia en nuestra tierra sea agradable y seguro que aprenderás mucho en esa rotación externa por la faceta comunitaria de nuestra especialidad. No dejes de compartirla con todos tus lectores.

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    1. Hola!!! Gracias. De momento me ha recibido muy bien, hoy ha hecho un día estupendo. Rotar en Asturias por el observatorio es muy enriquecedor y abre nuevos puntos de vista en esa misteriosa parte de nuestra especialidad. Descuida, no dejaré de compartir lo vivido.
      Un abrazo, Noe

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