Estas últimas semanas, han sido de grandes aprendizajes.
Como dice mi mentora, aprendemos a sobrevivir, en la primaria.
A veces, sentirse abducida por el trabajo, por ir a salto de mata... La lucha diaria contra los elementos, a veces tan sencillos, como que el ordenador tarde 5 minutos, en llegar a la lista de pacientes. Se desconfigura la impresora. No están las jeringas para sacar tapones limpias. Falta parte del material de la consulta. Las llamadas que interrumpen. Personas que llaman a la puerta de forma insistente (mientras estás intentando descifrar las razones de un trastorno adaptativo)... Otras muchísimo más importantes.
Algunos de estos elementos se pueden sortear con más o menos éxito.... todo depende de la energía que tenga una... Así que progresivamente, te agotas, de sortear a los elementos y a las personas.
En aquellas situaciones, donde uno, da todo lo que está en su mano (más allá de las obligaciones estrictas, por un beneficio del paciente en penosa situación) por ser coherente, con lo que uno piensa... se gira en tu contra. Recibiendo, quejas y amonestaciones por ello. Generando una serie de sentimientos, de lo más diverso.
Así que no queda más remedio que parar, para tomar aire.... refrescarse la cara, sonreír..... y volver a empezar.
Lo más penoso de todo, es que la lucha contra los elementos, son externos al trato con el paciente. Porqué los pacientes, están allí, algunos con los que tenemos mejor comunicación que otros, pero al fin y al cabo, todos son nuestra razón de ejercer.
Así que eso también forma parte del día a día. De nuestra realidad .... esa que no se explica en la facultad al lado del AMPc, ni en los cursos de las unidades docentes... Esta es una de las cosas que te enseña la rutina.
Hoy dedico mi post a la UBA a la que pertenezco (M1M), por abanderar la resiliencia y la coherencia.
"La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede" Aldoux Huxley.
Gracias Noe!
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