Hace unos días, empecé el día con este post de Miguel Jara, mientras tomaba el café con leche y mi smoothy de buena mañana previo a la consulta.
Sensibilizarse con el café, le pone a una las gafas de ver otras realidades. A lo largo del día, diferentes experiencias me llevaron a reflexionar sobre algunas situaciones.
Una experiencia complicada y que transmite frustración ( como médico y como persona) son las personas que se quedan ancladas en un embrollo personal. Personas que están inmóviles, atascadas. Algunas por algún tiempo, otras por meses, años o para el resto de sus vidas. Ese atasco personal, genera malestar emocional. Este malestar es tan insoportable que genera necesidad de cambio.
El cambio depende de los recursos que conozca o a los que tenga acceso cada persona.
Así personas con acceso a muchos recursos, podrán obtener, diferentes tipos de soluciones. Mientras que aquellos que el acceso a los recursos sea limitado, tendrán menos soluciones.
Ayer me pregunté, si en parte somos responsables, de algunas situaciones crónicas. Hay algunos pacientes que llegan, y nos transmiten la ansiedad de su situación vital. Esa ansiedad intentamos con nuestros recursos resolverla. En numerosas ocasiones, esa resolución, pasa por un compuesto químico, un antidepresivo, un ansiolítico o algún otro psicofármaco, así es como nos forman. Estos hacen que algunos se sientan mejor, que aguanten mejor determinantes situaciones. Esto parece bueno, si mientras la química hace sus efectos las soluciones llegan a los problemas. Pero cuando no llega la solución?¿?
Me pregunto, si con ello, no estamos castrando la creación de recursos personales. Hacemos que las personas dejen de precisar los cambios para sentirse mejor. Si con ello, no estamos contribuyendo, a perpetuar la situación. Estaremos creando una dependencia al sistema sanitario todo poderoso?
Con todo esto no quiero decir que no debemos prescribir estos fármacos, sólo que deberíamos revisar los pros y contras de su prescripción.
Hay múltiples revisiones que insisten en la rigurosidad de prescripción de estos fármacos y guías para hacer un buen uso.
¿Qué es la felicidad sino el desarrollo de nuestras facultades? Germaine de Staël